No hay duda que los Compartel están dotados con todo lo necesario para ofrecer servicios de conectividad y comunicación, sin embargo el acelerado proceso de inclusión de otras tecnologías que viven estos municipios parece haber dejado un sentimiento de incertidumbre en el personal que allí labora. Por ejemplo, para ellos el tema de la telefonía celular que antes era solo una amenaza ahora es toda una debilidad y se refleja en la disminución de ingresos. Anteriormente se vendían tarjetas de llamada para utilizar dentro del Compartel y en los teléfonos públicos, además, se hacían y recibían llamadas. Sin embargo, hoy en día, aseguran los administradores y monitores de los Compartel, que la demanda de estos servicio es escasa, por no decir que desaparecieron los usuarios o clientes en busca de este servicio de telefonía, ya que las personas prefieren comprar tarjetas de recarga para su celular en otras tiendas o utilizar los celulares de minutos, ya que son mucho más económicos. Estamos hablando de una diferencia de $500 en cada llamada.
Los conocimientos que poseen los administradores y monitores son empíricos. No solo me refiero al manejo de la herramienta básica (computador e internet) sino que lo expreso en un sentido amplio en temas como atención al cliente, fortalecimiento organizacional, mercadeo, nuevos servicios. Estos lugares funcionan desde la recursividad de cada uno de sus administradores y esto se evidencia cuando manifiestan que las tareas que saben realizar son abrir correo, buscar juegos en línea y chat, asignar tiempos y realizar aseo al establecimiento. Es importante reflexionar que por su distancia y ubicación las personas no tienen posibilidades de acceder a centros de formación o capacitación, los recursos son limitados y culturalmente hay una carencia para traspasar modelos paternalistas o emprendedores. Por esta y muchas razones más es que no han visto oportunidades con los cambios mencionados anteriormente. Les cuesta un poco pensar que aunque se cierra un negocio, se abren otros, por ejemplo ahora podría vender tarjetas de recarga de celulares, ofrecer telefonía IP, enseñar a bajar fotos del celular, promover capacitaciones virtuales como las del SENA, etc.
El proceso de cerrar la brecha digital no pude ser medido en la cantidad de computadores instalados o conectados, debe ir más allá, con el fin de que se dé una verdadera inclusión social, se debe contar con personas con capacidad de liderazgo de aprendizaje y enseñanza para ofrecer a sus comunidades procesos y servicios relevantes, estos lugares no pueden ser solamente el lugar para “matar el tiempo” debe existir procesos integrados, deben ser unos verdaderos Telecentros, centros de desarrollo local por y para la comunidad. La Corporación Makaia cree en la metodología de empresarismo social para lograra estos objetivos y así lo ha venido haciendo con las experiencias desarrolladas en la ciudad de Medellín que esperamos poder llevar a otras poblaciones para validar y demostrar que es un modelo viable y con grandes posibilidades para generar y promover desarrollo al interior de estas comunidades.